Un país solo puede prosperar si cuenta con unas Fuerzas Armadas que sean capaces de defenderlo de amenazas externas e internas; por lo tanto, los gobiernos deben invertir grandes cantidades de dinero en mantenerlas al día con los nuevos cambios. Sin embargo, lo más importante del ejército es la salud de sus soldados, ya que son ellos los que se dirigen a las zonas de desastres para ayudar a los ciudadanos, así como a los campos de batalla.

Hemos mencionado anteriormente que uno de los objetivos de nuestras Fuerzas Armadas es que están se pongan en contacto con las de otros países para aprender lo necesario en un mundo cada vez más globalizado y pacífico. Quizás el intercambio más importante es el de simulacros llevados a cabo para que nuestros soldados sepan cómo actuar en diferentes escenarios que, por fortuna, no han debido enfrentar en América Latina. Uno de los últimos que llevamos a cabo fue con el ejército de Kenia.